"A pesar del bajo crecimiento económico y de la baja calificación del riesgo que conlleva el país...el sistema bancario local creció moderadamente"
Muchas expectativas e incertidumbres se generan en torno al bienestar económico de los banco en nuestro país El Salvador, sin embargo a pesar de la difícil situación económica que afrenta nuestro país; la banca parece caminar a paso seguro, según estudios realizados recientemente. Según "El Economista": La banca salvadoreña crece, segura pero a pasos más lentos que sus vecinas centroamericanas. Sus principales indicadores tuvieron números superiores durante 2013 con relación al período anterior, generando una utilidad de $222.3 millones, cifra un 7.4 % arriba de la registrada en 2012 y que representa el mejor desempeño en los últimos cuatro años.
Armando Arias, presidente de la Asociación Bancaria Salvadoreña (ABANSA), detalla: “El sector está creciendo más que la economía nacional, es un punto a considerar porque eso habla muy bien de la banca, quien se está esforzando por apoyar a la economía, la cual no vemos que crezca mucho”. Las cifras oficiales señalan que el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció 1.9 % en 2013.
Al cierre del año 2013, los activos de la banca salvadoreña sumaron $14,238.8 millones, un 6 % más que en 2012; mientras que el patrimonio creció a una tasa muy similar: 5.9 %, porcentaje que en valores suma un total de $1,978 millones. En cuanto a los depósitos, estos crecieron un 4.1 %, captando la confianza de los salvadoreños para salvaguardar $9,908.2 millones; y en lo que concierne al crédito neto, la cartera ascendió a $9,634 millones, un 8 % más que en el año 2012.
La adecuada gestión de riesgo crediticio ha permitido que esta entidad mantenga una posición de solidez ante una situación financiera aún en proceso de estabilización a escala mundial. Según los datos publicados por la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF), las porciones del pastel del crédito más grandes son las de los sectores consumo (31.3 %), vivienda (22.8 %), comercio (14.3 %), la industria manufacturera (10.5 %) y servicios (8.1 %).
Otro factor positivo para la banca salvadoreña es que durante 2013 las carteras se han visto más sanas. La mora se redujo cambiando del 2.9 % en diciembre de 2012 a 2.32 % al cierre del año pasado. Este indicador dista del registrado en el apogeo de la crisis económica mundial, cuando rondó el 4 %. Asimismo, la cartera de préstamos vencidos registró una reducción de $34.6 millones entre ambos períodos, llegando a $232.4 millones. Además, los activos de riesgo crediticio muestran una mejora en cuanto a su calidad; el peso relativo de las categorías de menor riesgo aumentó a 91.1 %.
Con relación a los depósitos, los ahorros a plazo aumentaron su participación, pasando del 38.9 % al 40.5 %.
La banca cerró 2013 con una baja en sus reservas de 2.85 %, pero con 121.59 % en cobertura de estas. La liquidez alcanzó el 30.72 %.
Por participación de mercado, Banco Agrícola, entidad financiera de Bancolombia, mantiene el liderazgo con un 28.1 % del total de activos del sistema, el 28 % de los préstamos brutos y el 27.7 % de los depósitos. Su porción entre las utilidades es la mayor, ya que representa el 41 % de todo el sistema bancario. Por activos, le siguen Davivienda, Scotiabank, Citibank y Banco de América Central. Los colombianos dominan la matriz bancaria salvadoreña con el 53 % del sistema. Para este año se espera un nuevo jugador en el mercado local: Banco Azul, entidad de capital salvadoreño que ha anunciado su inicio de operaciones para el segundo semestre, sin embargo no se tiene una fecha establecida.
Segun los expertos: "La banca salvadoreña mantendrá un perfil financiero sólido, aunque menos dinámico que el de la región”. La calificadora proyecta que el crecimiento crediticio, que seguirá siendo impulsado por el segmento de consumo, continuará en un dígito como promedio". Sin embargo se señalan algunos desafios que se pudieran mejorar por ejemplo: promover la sanidad del portafolio de créditos a través de la continua reducción en la mora, el fortalecimiento de la cobertura de reservas y la disminución de las operaciones refinanciadas, el mejorar la eficiencia operativa por medio de la reducción de gastos y sostener o ampliar los volúmenes de negocio.